El manejo inadecuado de las naranjas y la falta de limpieza de los dispositivos utilizados durante el proceso favorecen la contaminación bacteriana del producto final; el zumo de naranja.
Se ha llevado un estudio, recogiendo muestras en bares y restaurantes, revelando que el 43% de las muestras superaban el nivel de enterobacterias establacido por las regualaciones alimentarias del Gobierno, y el 12% el límite de microorganismos aeróbicos mesófilos. En dicho estudio, también se ha detectado la presencia de Staphylococcus aureus y especies de Salmonella en un 1 y 0,5%, respectivamente.
En muchos casos, a veces sin protección alguna, los zumos permanecen en jarras metálicas dando lugar a niveles inaceptables de enterobacterias de 81%y de aerobios mesófilos de 13%.
Mientras que los zumos recién exprimidos y servidos en vasos se reducen los porcentajes al 22% y 2% respectivamente.
Si a todo esto sumamos que las máquinas expendedoras tienen una gran superficie de contacto y multitud de oquedades y una falta de cuidado de higiene personal favorecerá la contaminación microbiana.
Los expertos recomiendan realizar una correcta limpieza y desinfección tanto de máquinas como de recipientes.